domingo, 15 de enero de 2012

Ascensión a El Pelao

8 de Enero. 9 bajo cero. Michel y yo metidos en un coche camino de Navalguijo para subir El Pelao.

Yo no sé qué es exactamente lo que nos lleva a Michel y a mi a meternos en semejantes fregados, y el caso es que siempre estamos ahí los dos: si llueve, si hay niebla, si intentamos subir por lo imposible, si se nos va de las manos la predicción meteorológica... todo para casi siempre darnos la vuelta... menos esta vez.

Y no fueron pocas las dificultades que nos ofreció El Pelao con tan poca nieve: canchales infinitos, un mar de piornos en los que avanzar nadando, un calor insoportable (en Enero y habiendo marcado 9 bajo cero!!!) que nos hizo llegar sin gota de agua, un camino muy complicado de encontrar y una noche que se nos echaba encima. Muy punki.

Ya desde Navalguijo El Pelao se mostraba batallador. Más pelado que nunca y con las complicaciones que ofrece un pico tan poco visitado: un saltapraos hasta llegar al camino, un camino invadido por los piornales y una pala para subirse a su hombro que solo sirve para poner a 170 pulsaciones a la patata.

Al llegar al hombro (llamada Cuerda Larga) uno puede recrearse con las vistas, y un sentir un relajo al mirar casi de frente el objetivo. Si no hay nieve, y este invierno parece la tónica por debajo de los 2300, aquella cuerda es más larga que nunca. Los piornos impiden literalmente avanzar, los canchales de piedra se suceden ofreciendo escasos tramos mixtos y donde sin duda "sale mejor" subirse a la tapia y avanzar por ella en un ejercicio de equilibrismo.



Tras superar el primer collado nos pusimos ¡por fin! los crampones y nos encaminamos en un rato muy disfrutón hacia la cima. El espectáculo final es el premio desde luego, así que tiempo para comer, para echar un ojo a las gargantas de La Nava y La Lanchuela y para ponerse de vuelta que son las dos.









Así que una nueva jornada punki, con el punki original, que ya había ganas. Amigo. 

1 comentario:

  1. Difícil, pero no por ello menos apasionante jornada.
    ¡ LARGA VIDA A LOS PUNKIS!

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